Encara que els 20.000 manifestants que ahir van sortir a protestar contra el pla Bolonia i contra la brutalitat policial portessin una flor i un llibre, això no vol dir que fos Sant Jordi. Però tots aquells que van fer seus els carrers de Barcelona van tenir el mateix valor que ell, que es va enfrontar al drac. Perquè els que van donar suport a aquesta protesta, criminalitzada pels mitjans de comunicació, etiquetada de violenta i minoritària seguint la línia d’opinió d’un govern “d’esquerres”, no van tenir por. Un govern que va entrar amb les forces d’ordre públic dins de la universitat com als millors anys del franquisme, per ordre d’un rector pusil·lànime, que de segur va rebre la trucada del que va ser sacsat a la universitat dies abans. Aquests valents manifestants que van sentir pels mitjans públics de comunicació que si anaven a exercir els seus drets ciutadans s’arriscaven a rebre pals com si fos natural aquest escenari, no van renunciar a sortir al carrer amb la força de la raó i la paraula, la ploma contra el fusell, Camus contra les porres. Març va ser abril.
CRÒNICA D'UNA COMPANYA DEL NOSTRE COL·LECTIU
Ayer en la manifestación convocada por los estudiantes contra la plan Bolonia y en protesta por la represión brutal de los mossos, nos sorprendió gratamente ver a los jóvenes universitarios en la calle reivindicando su derecho a discrepar y protestando por la falta de libertad de expresión y por la represión feroz tanto por parte de los mossos de una forma violenta, como por parte de los medios de comunicación, que ignoran de una forma vergonzosa, el movimiento estudiantil.
Al llegar a la parada de metro de Universidad casi no podíamos salir a la calle de la multitud que se agolpaba por todas partes. Había miles de personas, en su mayoría estudiantes, que ocupaban toda la plaza y las calles de los alrededores. Me emocioné porque pensé que estos chavales que se agolpaban a miles, eran el futuro y la esperanza. Lo lamentable es que les llamen despectivamente antisistema.
Pues sí, antisistema y a mucha honra, porque protestar contra el plan que les meterá a las empresas en la universidad, protestar contra la privatización de la enseñanza y protestar contra ese sistema que no les ofrecerá trabajo ni un salario digno, que no les permitirá tener una “casa en su puta vida”, ni una enseñanza de calidad, conduce a ser antisistema por necesidad.
Lo mejor de la mani fue la organización. Una organización que pese al desmedido despliegue policial, que nos impedía el paso cada vez que le era posible en una postura claramente provocadora, pudimos ver como grupos organizados de estudiantes desviaban la mani hacia otra ruta evitando en todo momento encontrarse con los mossos . Neutralizaban de inmediato cualquier intento de provocación por parte de algunos elementos cuya intención era la de reventar la manifestación, y velaron en todo momento para que fuese una movilización pacífica al cien por cien.
Insistieron en que no se llevase ningún objeto contundente, como los palos de las banderas, que pudiese justificar una carga policial, sólo que se llevasen libros y flores y en que no se cayera en las provocaciones.
Yo personalmente disfruté mucho viendo como más de veinte mil personas podían recorrer las calles del centro de Barcelona sin ningún tipo de incidentes, en una movilización en la que las armas eran los libros y donde se repartían flores.
La gente desde los balcones improvisaban caceroladas, que se extendían a lo largo de todo el recorrido, y pese a que la circulación se interrumpía al paso de la manifestación, los ocupantes de los coches pitaban al ritmo de las consignas que se cantaban. Vimos un apoyo enorme por parte de la gente de a pie, que lógicamente quedaban sorprendidos por el itinerario de la manifestación.
Nosotros llevábamos nuestra bandera republicana y pudimos comprobar que entre la juventud tenía una gran aceptación, y se acercaban a preguntar, o directamente a decirnos que les gustaba, mayormente por ser un símbolo antimonárquico, hasta hubo un manifestante, que con la emoción de lo que allí se estaba viviendo, me pidió si le dejaba besar la bandera.
Delante de la sede de ERC, leen un comunicado, se pide la dimisión de Huguet y se les deja una pancarta colgada de la fachada.
Se gritaron consignas como “fora els mossos de la universitat”, o “llibertat d’expressió, policia no”, “Saura dimissió”, “la policia, tortura i assassina”....
El punto final del recorrido, que para nada fue improvisado y que desconcertó a las fuerzas de orden público, fue la plaça d’Osca, donde todo estaba preparado para que se leyeran los comunicados de todos aquellos que se solidarizaron con la marcha. Al finalizar el acto se disolvió sin ningún tipo de incidente.
Si tuviéramos que definir lo vivido con una palabra esta sería: Impresionante.
Impresionante ver a la juventud capaz de luchar de una forma pacífica, inteligente y organizada.
Impresionante ver el ridículo tan espantoso que han hecho las instituciones, asustándonos para que no fuésemos a la manifestación porque los estudiantes eran violentos y agresivos. Describiéndolos como salvajes, vagos y conflictivos. Mintiendo sobre como fueron armados el día del desalojo (piedras y martillos).
Impresionante ver como los medios de comunicación se prostituyen con la administración y con el capital que los sustenta, sin haber dado prácticamente difusión a la protesta y humillando al movimiento estudiantil. No tienen dignidad, ni vergüenza.
Impresionante ver como se gastan los cuartos en un despliegue bestial contra una multitud pacífica, que las únicas armas que portaban eran flores y libros.
Impresionante y emocionante sobre todo, ver el apoyo en la calle.
NO VULL BOLONYA PER A
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