diumenge, 1 de gener del 2012

A CADA CERDO LE LLEGA SU SANMARTÍN

Según la sabiduría popular, este conocido refrán indica que no queda impune el comportamiento del malvado, pues, antes o después, quien ha obrado mal recibe su merecido.


Hoy, el Boletín Oficial del Estado publica, entre las numerosas disposiciones de recortes sociales y la cascada de nuevos nombramientos, el Real Decreto 1954/2011 cuyo texto literal es: 

A propuesta del Ministro del Interior y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 30 de diciembre de 2011, vengo en disponer el cese de doña Mercedes Gallizo Llamas como Secretaria General de Instituciones Penitenciarias, agradeciéndole los servicios prestados. 

Tenemos muy claro que ella no es la responsable máxima del derribo de Carabanchel ni de la vergüenza de su actual estado de abandono, pero quienes nos reunimos con ella aquel 15 de octubre de 2008, nunca olvidaremos su actitud y la de los miembros de su equipo. 

La notoria publicidad que, en los días previos al comienzo de la demolición, cobró la noticia del inmediato derribo y la creciente marea de opinión a favor del mantenimiento de la cúpula de la prisión, obligó a la Secretaria General a aceptar una forzada reunión con miembros de nuestra Plataforma. 

La soberbia y el desprecio con que fuimos tratados sólo se vio superada por el contenido de la famosa carta que nos remitió a los tres días de ese encuentro, en la que pretendió engañarnos y justificar –citando un supuesto informe técnico- la urgente y total destrucción del histórico penal. 

Y, por supuesto, culminó con la orden de dañar la magnífica cúpula a la mayor brevedad posible, saltándose horarios y normas de seguridad, con la finalidad de acallar, de forma radical y antidemocrática, las voces que, desde todos los ámbitos, clamaban por dialogar una posible alternativa.

Ahora que, según parece, doña Mercedes abandona la vida política (no fue candidata en los últimos comicios), coincidimos en el anhelo final del desesperado prisionero del antiguo romance anónimo: